INTRODUCCIÓN

Atendiendo a los datos que ofrece las Naciones Unidas para el planteamiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) n.º11 (ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles), las ciudades y las áreas metropolitanas son centros neurálgicos del crecimiento económico, ya que contribuyen al 60 % aproximadamente del PIB mundial, sin embargo, también representan alrededor del 70 % de las emisiones de carbono mundiales y más del 60 % del uso de recursos.

“Nueve de cada diez residentes urbanos en 2016 respiraban aire contaminado, es decir, aire que no cumplía con las pautas de calidad del aire de la OMS para niveles medios anuales de partículas finas (PM2.5) de 10 microgramos o menos por metro cúbico. Más de la mitad de esas personas estuvieron expuestas a niveles de contaminación del aire al menos 2,5 veces superiores al valor de referencia. La calidad del aire empeoró entre 2010 y 2016 para más del 50% de la población mundial. Asia central y meridional y África subsahariana son las dos regiones que experimentaron los mayores aumentos en las concentraciones de partículas.”

“La red de viario y espacios públicos forma el esqueleto de la ciudad sobre la que descansa todo lo demás. Donde el espacio público es inadecuado, mal diseñado o privatizado, la ciudad se vuelve cada vez más segregada. La inversión en redes de calles y espacios públicos abiertos mejora la productividad urbana, los medios de vida y el acceso a los mercados, empleos y servicios públicos, especialmente en países donde más de la mitad de la fuerza laboral urbana es informal.”

En septiembre de 2017 el Ayuntamiento de Valencia, a través de AUMSA (Actuaciones Urbanas de Valencia Sociedad Anónima Municipal) redactó un documento de Directrices para la mejora de la calidad urbana de los barrios de Valencia como documento inicial para la consulta y participación ciudadana. Con el objetivo de conseguir una ciudad más habitable para sus ciudadanos, dicho documento establecía la mejora de la calidad urbana del suelo consolidado como una de las directrices básicas para el planeamiento del futuro.

“Este documento evalúa la calidad urbana de los barrios existentes mediante la aplicación de  una serie de indicadores que sirven para establecer unas directrices que deben guiar los procesos de mejora de la calidad urbana.  Las Directrices para la Mejora de la Calidad Urbana serán la base a partir de las cuales se elaborarán las intervenciones urbanas, que es un concepto más amplio que el de regeneración o rehabilitación, ya que puede incluir programas para la mejora de la cohesión social o incluso de renovación.”

“La ciudad es un soporte físico indisoluble de sus ciudadanos por lo que este mecanismo de análisis, diagnóstico y propuestas necesita el aval de la ciudadanía, y es por ello que se incorporarán las propuestas, que en materia de planificación urbanística, surjan de la estrategia integral participativa que en estos momentos se está realizando en diferentes barrios de València.”

Cada día somos más conscientes que el modelo actual de las ciudades necesita una revisión que atienda las necesidades básicas y la calidad de vida de las personas.

“Las ciudades ya tenían el reto de recuperar espacio públicoy reducir la contaminación desde hace tiempo, pero la actual pandemia nos demuestra que no podemos esperar para garantizar la seguridad y la calidad de vida de las personas, por lo que es urgente un plan de recuperación de espacio público para adaptarse a las necesidades de la ciudadanía en el actual escenario creado por el coronavirus.”

Valencia Ciudad de Plazas es una respuesta a la necesidad de seguir transformando nuestras plazas y generando nuevas para que sean espacios de encuentro comunitario, espacios seguros, verdes y limpios.”

Con el objetivo de agilizar la intervención sobre el espacio público se ha redactado recientemente una Guía Técnica para Actuaciones de Reurbanización Flexible en València. La urbanización blanda es una herramienta de intervención que permite una transformación rápida al mismo tiempo que se testean y comprueban previamente las ideas, los criterios de sostenibilidad, de accesibilidad universal, de género y ecológicos, contenidos en las propuestas que acabarán formalizando el proyecto a largo plazo. La intervención del «mientras-tanto», de urgencia, con reurbanización blanda, permite adaptar y ajustar las propuestas para finalmente definir un proyecto definitivo.

“Hay cada vez una demanda más urgente de recuperación de espacio público basada en tres pilares fundamentales: que tengamos una ciudad más social, más integradora, más verde y más saludable. Eso requiere una política de amplia transformación urbana y herramientas que permitan agilizar los procesos, y en ese sentido queremos ofrecer una respuesta rápida que dé solución a las demandas de la ciudadanía, pero no queremos hacerlo de cualquier manera. Las políticas de recuperación de espacio público tienen que cumplir unos criterios de calidad urbana.”